Hoy día 26 de Noviembre se
celebra el Día Mundial del Daño Cerebral adquirido, una patología en aumento a
causa de nuestro estilo de vida y al desarrollo médico
que permite una mayor supervivencia de la población afectada por DCA. Hoy en
diferentes ciudades se han realizado campañas de sensibilización e información
acerca del mismo. A día de hoy, aún hay muchas personas afectadas por DCA que
no reciben la asistencia necesaria tras una lesión, bien sea por
desconocimiento o por falta de recursos.
Dentro del Daño Cerebral
Adquirido incluimos una gran cantidad de patologías con una característica
común: son lesiones cerebrales que irrumpen de manera brusca en la vida de la
persona y que dejan unas secuelas físicas, neuropsicológicas, conductuales,
sociales, emocionales, laborales, relaciones… que pueden afectar al correcto
desarrollo autónomo y personal de las personas. A nivel general nos
encontraríamos con: accidentes cerebrovasculares (trombosis, embolias,
hemorragias y aneurismas cerebrales…), traumatismos craneoencefálicos (caídas,
accidentes…), enfermedades infecciosas del Sistema Nervioso Central, hidrocefalia,
epilepsia y todas las causas de anoxia cerebral o falta de oxigenación en el
cerebro (ahogamiento, apnea, intoxicaciones, infarto de miocardio, etc…),
tumores cerebrales…
En un primer momento, tras la
lesión cerebral es posible que la persona haya permanecido en coma durante un
tiempo. Cuando salga del coma la persona podrá realizar el siguiente proceso:
Estado de comaà Estado vegetativoàEstado de mínima respuesta
En estos momentos, la persona afectada
permanecerá hospitalizada hasta que se vaya estabilizando. Es importante
trabajar sensorialmente poco a poco, sin una sobreestimulación y durante
periodos de corta duración, ya que enseguida se cansará y no podrá mantener la
atención. En estos momentos, también es importante responder a la demanda de información
de la familia, siendo cercanos y claros en las explicaciones.
Tras el estado de amnesia postraumática, la
persona se muestra más tranquila y receptiva, es un poco más consciente y no muestra
tantas alteraciones conductuales y emocionales. En este momento es necesario
comenzar con un programa de rehabilitación neuropsicológica más completo e
integral. Será necesario trabajar con la persona afectada y la familia la
adaptación a esta nueva situación.
¿A nivel general que secuelas se presentan?
Físicas:
·
Órganos
de los sentidos
·
Motoras
·
Descoordinación
·
Trastornos
esfinterianos
·
Epilepsia
·
Dolor
·
…
Cognitivas (a corto y largo plazo):
· Orientación
(temporal, espacial, personal)
·
Atención
(selectiva, sostenida, focalizada, alternante…)
·
Memoria
(a largo/corto plazo)
·
Lenguaje (afasias,
anomia, dislalias, dislexias, disgrafias…)
·
Velocidad
de procesamiento
· Percepción
(agnosias, dificultades visuoperceptivas/visuoconstructivas…)
· Funciones
ejecutivas (dificultades de organización, planificación y razonamiento, rigidez
cognitiva, …)
Conductuales y emocionales:
·
Agresividad
·
Apatía
·
Trastornos
del humor
·
Impulsividad
·
…
Psicosociales
·
Pérdida
de relaciones sociales
·
Problemas
familiares
·
Pérdida
laboral
¿Qué se hace desde neuropsicología?
En los primero momentos tras la lesión la
neuropsicología no representa un papel esencial, sin embargo una vez el
paciente salga del estado del coma y siga el proceso anteriormente señalado,
el/la neuropsicólogo/a irá interviniendo más de manera progresiva, adaptándose
a la capacidad y a las necesidades del mismo.
El/la neuropsicólogo/a realizará una evaluación
neuropsicológica que evalúa el estado cognitivo, conductual y emocional de la
persona afectada por la lesión, observando las áreas que se encuentras más
afectadas y aquellas que se mantienen preservadas. De esta manera podrá
plantear un plan de intervención adecuado a las necesidades del paciente,
usando técnicas de restauración o de compensación para cada caso. La
rehabilitación neuropsicológica incluirá el tratamiento cognitivo mediante un
programa de estimulación cognitiva, estrategias de identificación, reconocimiento
y compensación, tratamiento de las consecuencias emocionales y conductuales y
se fomentará el logro de la mayor autonomía posible en la persona. Además podrá
incluir psicoeducación a los familiares en caso de necesitarlo, así como
orientación y apoyo a los mismos.
Es importante recordar, que aunque los primeros
meses tras la lesión son esenciales para la recuperación de las funciones
alteradas, ésta es un proceso largo y complejo.
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