Una de las quejas más habituales en las
consultas de neuropsicología es la presencia de fallos de memoria. Cuando
las personas empiezan a notar que se le olvidan pequeñas cosas, comienza a
pensar en la posibilidad de tener Alzheimer. Pero…¿Qué es la memoria? ¿Por
qué la perdemos? ¿Siempre que hay fallos de memoria significa que hay demencia?
La memoria es una de las funciones que más
preocupa perder con el avance de la edad. Pequeños fallos,
olvidos…hacen saltar la alarma, no sólo en el paciente sino también en la
familia. Estos fallos de memoria suelen ir acompañados por un estado de
ansiedad, preocupación y miedo: “¿Será Alzheimer?” “¿Qué me pasa?” “¿Seré
incapaz de reconocer a mis familiares y amigos?” “¿Me volveré totalmente
dependiente?”. Sin embargo, también hay casos en los que no se da importancia a
estos fallos de memoria (“Son cosas de la edad”) y de mientras la enfermedad
puede ir avanzando y la intervención necesaria puede llegar tarde.
La memoria es una función
cognitiva situada principalmente en el hipocampo de nuestro
cerebro. Parece que es la perdida de la proteína RbAp48 en
este área del cerebro, la que provoca la pérdida de la memoria. Aunque
generalmente hablamos de memoria como algo general, dentro de la memoria
existen diferentes tipos: memoria sensorial, memoria a corto plazo, memoria a
largo plazo, memoria explícita, memoria implícita…Cada una de ellas ocupa
un lugar esencial dentro de esta función.
La memoria sensorial se
encarga de aquella información que proviene de los sentidos, es decir, de
estímulos y elementos que recibimos a través del tacto, del oído, del gusto, de
la vista y del olfato. Tiene una gran capacidad, pero su duración es
muy breve. Normalmente esta memoria se mantiene preservada aún en estados
graves de demencia o deterioro cognitivo.
La memoria a corto plazo tiene
un mantenimiento de la información superior a la memoria de sensorial. La
información recibida de la memoria sensorial es almacenada en la memoria a
corto plazo durante 30 segundos. Es capaz de almacenar entre 5 y 9 elementos o
agrupaciones (7+-2).
La memoria a largo plazo recibe la información relevante
de la memoria a corto plazo, aquella que se quiere almacenar, mantener y
recuperar a largo plazo. Su capacidad de almacenamiento de información es
ilimitada. Dentro de la memoria a largo plazo nos encontraremos con la memoria
procedimental o implícita y la memoria declarativa o explicita. La memoria
explícita es aquella que se activa de forma consciente y se encarga
del almacenamiento de información, acontecimientos y hechos. Estaría formada
por la memoria episódica (memoria autobiográfica) y la memoria semántica (conocimiento
del lenguaje, del mundo, de la cultura, los hechos…). La memoria
implícita, una vez adquirida la información, es inconsciente y se
refiere a las habilidades o destrezas adquiridas, al cómo hacer las cosas.
Tras hacer un breve repaso a las características
de la memoria, es importante destacar que una pérdida de
memoria o fallo de memoria no siempre significa la presencia de Alzheimer. Si
bien es cierto que uno de los primeros signos del Alzheimer son pequeños fallos
de memoria cotidianos, es necesario que se den otras alteraciones a nivel
práxico, afásico, agráfico, agnósico y
dificultades en las funciones ejecutivas… Además, los fallos de memoria pueden
ser debidos a otras causas; una lesión cerebral (TCE, Ictus…), presencia de un
tumor cerebral, una infección cerebral, periodos de amnesia, otros tipos de
demencia, Parkinson, Enfermedad de Pick, Esclerosis Múltiple, alcoholismo
prolongado, enfermedad de Huntington, epilepsia, hidrocefalias… Trastornos de
ansiedad, periodos de estrés, estados depresivos y uso de determinados
medicamentos, también pueden acompañarse de fallos en la memoria. Sin embargo,
no hay que olvidar que los fallos de memoria se incrementan con la edad y que
en ocasiones son normales y no debidos a ninguna enfermedad ni trastorno.
¿CUANDO HAY QUE PREOCUPARSE?
- Son incapaces de decir una determinada
palabra, de nombra un objeto...Y usan de forma reiterada expresiones como
"Pásame eso, el chisme aquel...".
- Realizan las mismas preguntas de forma
repetitiva.
- Confunden palabras como por ejemplo
silla por mesa.
- Tienen olvidos en actividades de su vida
diaria y son incapaces de ejecutar estas actividades como la realizaban
anteriormente. Necesitan una supervisión. Por ejemplo se olvidan del fuego, se
olvidan de que pasos son necesarios seguir para cocinar una tortilla de patata...
- Olvidan donde dejan las cosas de forma
continuada.
- Se desorientan a nivel espacial en
lugares que son conocidos para ellos.
- Son incapaces de seguir una orden
indicada.
- Presentan episodios de desorientación.
- Presentan cambios anímicos.
- Tienen dificultades para adquirir nuevos
aprendizajes y en el cálculo.
¿QUÉ HACER CUANDO COMIENCE A NOTAR FALLOS DE MEMORIA?
Es aconsejable acudir a
un neurólogo que haga una exploración adecuada, con unas pruebas
complementarias y una exploración neuropsicológica, de manera que se logre un
correcto diagnóstico y tratamiento de acuerdo con la situación en la que se
encuentre el paciente.