lunes, 4 de noviembre de 2013

Afectaciones cognitivas del alcohol ¿Cómo afecta en el cerebro de los jóvenes el "botellón?

En nuestra sociedad es muy común que llegue el fin de semana, los jóvenes ser reúnan y beban cantidades exageradas de alcohol. ¿Pensamos realmente las consecuencias que puede tener esto para su cerebro y  posterior desarrollo?

Hace unos días la FAD ha “estrenado” una nueva campaña publicitaria relacionada con el consumo excesivo de alcohol entre los jóvenes. Con él pretender acercar a los jóvenes las alteraciones cognitivas que pueden cursar con este consumo excesivo de alcohol. Su eslogan: “Cada vez que te emborrachas, te vuelves tonto”. Es necesario aclarar que no es que te vuelvas "tonto" sino que principalmente el alcohol afecta a las funciones cognitivas, que son aquellas que nos permiten desenvolvernos y adaptarnos de manera eficaz y eficiente a nuestro entorno y que nos permiten ser autónomos. ¿Cómo puede afectar a los jóvenes este consumo tan “normalizado” en nuestra sociedad llamado botellón? 

En los últimos años se han realizado varios estudios con el objetivo de evaluar las consecuencias del  uso excesivo de alcohol en los jóvenes. “Googleando” me encuentro con un término que pretende englobar esta tendencia (ya desde hace varios años)  de los jóvenes  a ingerir grandes cantidades de alcohol en un corto periodo de tiempo “bringe drinking”, vamos, lo que los jóvenes llamarían “botellón”.

El consumo de alcohol sigue incrementando entre los más jóvenes. Entre el año 2006 y 2010 se produjo un aumento del 40% entre los jóvenes que consumían grandes cantidades de alcohol. Generalmente este consumo excesivo se suele producir los fines de semana y con una duración de 2-3 horas. En este tiempo, el objetivo principal de los jóvenes es emborracharse en el menor tiempo posible como una forma de “disfrutar”.  El alcohol además suele ser especialmente relevante en el consumo de drogas, ya que suele ser la puerta de entrada para el consumo de otras sustancias. Son los jóvenes de entre 14-18 años los que mayor cantidades consumen, coincidiendo con la etapa de la adolescencia y  el desarrollo físico y psíquico final que determinarán las características más importantes de la personas. Además no hay que olvidar que nuestro cerebro, durante estas edades, aún se encuentra en desarrollo. Las conexiones cerebrales siguen estableciéndose y mielinizándose hasta pasada la adolescencia y las funciones ejecutivas presentan su mayor exponente de desarrollo en esta etapa.  Por lo que un consumo excesivo de alcohol, interferiría en el desarrollo cognitivo de nuestras funciones cerebrales, ¿de qué manera?...

El Síndrome de Korsakoff es un trastorno que se caracteriza principalmente por un consumo continuado de alcohol, provocando una afectación principal en el lóbulo temporal afectando así a la memoria de la persona. La persona parece estancada en un periodo previo y es incapaz de aprender nuevas informaciones. Este trastorno, es un ejemplo de lo que el alcohol puede provocar en nuestro cerebro, aunque no es común que aparezca en personas jóvenes. 

En los estudios realizados con personas jóvenes que practican el “botellón” se han visto algunas secuelas cognitivas como son:
  •          Menor volumen del hipocampo.

El hipocampo es una estructura cerebral cuya función principal es  la memoria y el aprendizaje, Es decir, que el consumo excesivo de alcohol por ejemplo, puede afectar en los estudios académicos de la persona.

  •           Alteraciones en la corteza prefrontal.

Esta estructura cerebral estaría relacionada con las funciones ejecutivas que hemos señalado anteriormente. Durante la adolescencia y principio de la edad adulta, estas funciones se terminan de desarrollar. Cualquier factor puede influir en una alteración en el mismo. Además está área cerebral se encarga del control motor. A nivel general, con un consumo excesivo y continuado podrían presentarse a largo plazo alteraciones en el comportamiento (dificultades en la inhibición, impulsividad, autocontrol…),  alteraciones en la planificación/organización, disminución de la atención, alteraciones motoras (en la coordinación y ejecución correcto de los movimientos)…

  •           Alteraciones del estado de ánimo.

Cómo es sabido el alcohol es una sustancia depresora. El riesgo de de depresión entre personas que practican el “bringe drinking” es seis veces mayor. Aunque inicialmente el alcohol provoque un estado de euforia, posteriormente da lugar a un estado anímico depresivo que afectaría al funcionamiento del hipocampo, inhibiendo el nacimiento de nuevas neuronas en esa zona. De hecho, aquellos jóvenes que empiezan a beber de forma temprana tiene un hipocampo de menor tamaño.


El deterioro que se presente tras este consumo de alcohol es muy heterogéneo, ya que dependerá de varias variables como la cantidad de alcohol consumida, los antecedentes personales y familiares, patrón de consumo…Principalmente, los investigadores indican que es el periodo de abstinencia lo que genera estas alteraciones cognitivas. En el estudio “Actividad Prefrontal y alcoholismo de fin de semana en jóvenes “(García-Moreno,  Expósito, Sanhueza, & Angulo , 2008) se concluyó que el consumo de alcohol de “fin de semana” produce una disminución en la ejecución de las tareas ejecutivas en comparación con el grupo control. Indican que una sola borrachera o un par de días consumiendo alcohol de manera excesiva pueden ocasionar neurodegeneración de determinados circuitos cerebrales y provocan alteraciones cognitivas.

 García Moreno, LM., Expósito, J., Sanhueza, C & Angulo, MT. (2008). Actividad Prefrontal y alcoholismo de fin de semana en jóvenes. Adicciones, 20 (3), 271-280. 

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