jueves, 5 de diciembre de 2013

Afasia...Cuando la comunicación se vuelve complicada

La comunicación es una pieza clave en nuestra condición humana. Somos seres sociables, que nos gusta relacionarnos. Imaginar por un momento que sufrimos una lesión cerebral localizada que nos afecta a determinada área cerebral encargada de una función del lenguaje y que, a partir de ese momento, toda nuestra comunicación, nuestro uso del lenguaje, nuestra comprensión del mismo, se ve afectada... ¿Cómo nos sentiríamos?

Las personas afectadas de Afasia (pérdida o alteración adquirida del lenguaje debido a una lesión cerebral) se caracterizan por presentar errores en la producción verbal, en la comprensión y la presencia de dificultades en la denominación. Si nos centramos en el lenguaje, según el área lesionada se pueden presentar diferentes tipos de afasia. Las más comunes son la Afasia de Broca y de Wernicke.



La Afasia de Broca (motora) se caracteriza por un habla poco fluida; a la persona le cuesta encontrar las palabras, nombrar un objeto, un nombre… Ante la presentación de diferentes elementos la persona los denomina de forma errónea mezclando letras, omitiendo y alterando el orden de las sílabas, incluyendo letras que no forman parte de esa palabra. Su lenguaje es agramatical caracterizado por una disminución de preposiciones, artículos… Además presenta grandes dificultades en la repetición. Su comprensión se mantiene preservada aunque con ciertas dificultades y en la mayoría de ocasiones presenta dificultades en la escritura, usando letras muy grandes, pobremente formadas y con omisiones.

En la Afasia de Wernicke (sensorial) la persona se caracteriza por una incomprensión del lenguaje, y aunque  mantiene un habla fluida, tiende a decir palabras sin sentido y  sin ningún tipo de control. El paciente no es consciente de sus errores  y su producción es excesiva. Obviamente, la repetición del paciente con afasia de Wernicke estará completamente afectada.  La denominación se ven alteradas, al igual que la escritura y la lectura. En la afasia de Wernicke es común la presencia de anosognosia, es decir, la persona no tiene consciencia de sus alteraciones en el lenguaje, por lo que el trabajo de rehabilitación con estos pacientes es mucho más complejo. Todo ello hará que la comunicación con una persona con afasia de Wernicke  sea muy complicada y en ocasiones desesperante para la familia.

Otro tipo de afasia es la Afasia de Conducción, que se llama así debido a que la lesión se da en la sustancia blanca de las conexiones entre el Área de Broca y el Área de Wernicke. En este caso la persona mantiene un habla fluida pero inteligible (al igual que en el caso de la Afasia de Wernicke) y una comprensión relativamente buena (como en el caso de Broca). ¿Dónde está su mayor dificultad? La repetición se ve gravemente afectada, sobretodo en la repetición de palabras sin sentido. Además presentará dificultades a la hora de denominar  objetos, en la escritura y en la lectura en voz alta.

La Afasia Global se caracteriza por ser pacientes que han perdido completamente la capacidad de comprender el lenguaje, formular el habla y repetir palabras.

Además de estas afasias se pueden presentar Afasias Transcorticales (de tipo sensorial, motora o mixta) que se dan en las vías y conexiones cerebrales adyacentes a las áreas del lenguaje.  Sin introducirnos mucho en estos tipos de afasia, diremos que se diferencian de la Afasia de Broca (motora) y de la Afasia de Wernicke (sensorial) por presentar una repetición preservada y una tendencia a la ecolalia.

Por último, la Afasia Anómica se caracteriza por un habla fluida y gramatical, con una comprensión y una repetición preservada. Sin embargo, el paciente presenta grandes dificultades a la hora de encontrar las palabras. Para ello emplean circunloquios (dar rodeos para explicar la palabra y no nombrarla). Aunque la anomia es un elemento característico en todas las afasias, se denomina Afasia Anómica en aquellos casos en que la propia anomia es casi pura, sin la presencia de alteraciones en otros componentes como la comprensión, la escritura o la repetición.

Las personas que presentan un tipo de Afasia (sea de un tipo u otro) suelen llegar angustiadas a la consulta, con un sentimiento de aislamiento y soledad. “La gente no me entiende cuando hablo” “Soy incapaz de comprender lo que mis hijos me dicen” “Me aíslan en las conversaciones y no me incluyen en el grupo…” Mantener una conversación con una persona afásica puede ser de gran dificultad en ocasiones, y sin darnos cuenta las vamos aislando.  Estas alteraciones en el lenguaje, además, dificultan el desarrollo de su día a día, impidiéndoles por ejemplo realizar actividades tan cotidianas como ir a comprar (“Es que no me van a entender”).  Además nunca hay que olvidar que si la lesión no es muy localizada, pueden presentarse también alteraciones en otras funciones cognitivas como la memoria, las funciones ejecutivas, la atención…que también afectarán en el correcto desarrollo de su día a día. Por ello, es necesario una correcta evaluación neuropsicológica que sea capaz de detectar cuales son las áreas afectadas de manera que la rehabilitación sea lo más adecuada posible y trabajar aquellos aspectos más psicológicos que puedan estar afectando al logro de una mejor calidad de vida.

¿Cómo familiares, que pautas podemos seguir?


A nivel general:
  • ·         Incluir a la persona afectada en las conversaciones.
  • ·         Entender las dificultades que el familiar presenta y no meterle presión a la hora de conversar.
  • ·         Darle su tiempo y ayudarle en la producción correcta de las palabras.
  • ·         Simplificar el lenguaje: hablar de forma clara, lenta, concisa y directa. Mensajes cortos.
  • ·         Evitar corregir los errores del habla.
  • ·         Conocer a nuestro familiar, él mismo nos dirá mediante gestos, miradas que es lo que necesita.
  • ·         En caso de una Afasia de Wernicke, indicarle con un gesto cuando es necesario cortar la producción.
  • ·         Comprobar si el familiar ha comprendido lo que le pedimos (¿Qué es lo que te he pedido?)
  • ·         Repetir la información en caso de que el familiar no haya comprendido la indicación.
  • ·         Minimizar las distracciones. Apagar la radio y la televisión. Intentar dirigirnos a él en lugares tranquilos y sin  mucha gente. Situarnos delante de él para que se ayude de la lectura de los labios y de las expresiones faciales y gestuales.
  • ·         Usar señas, láminas, pictogramas, que ayuden a la persona a comprender y comunicarse mejor.


La familia es una pieza clave en todo proceso rehabilitador, por ello, nunca hay que olvidar ofrecerles información y pautas para que la convivencia con su familiar afectado sea lo más fácil posible.


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